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La biotecnología, el internet de las cosas, los futuros de la tecnología tratan de construir un mundo “ideal”, y ¿si pensamos en una permanencia permanente desde el flujo identitatario de transfiguración virtual y una proyección infinita subjetiva de posibles mundos en el ciberespacio?, allí nuestro ADN, aparte de ser la configuración de bits y de datos, son proyecciones visuales, en 3D, en una posrealidad hiperaumentada y virtual, imágenes, sonidos y videos son los elementos básicos para poder sobrevivir, permanecer activos constantemente en la red será el flujo de vida de las próximas generaciones y la base del conocimiento, de lo que es verdad y lo que es falso.


Considerando algunos aspectos de la identidad donde nunca pretende ser completa, es decir, siempre está en proceso de formación, significa o connota un proceso de identificación y se concibe como un proceso inacabado. Las identidades “nunca son singulares, sino construidas de múltiples maneras a través de discursos, prácticas y posiciones diferentes, a menudo cruzados y antagónicos” (Hall, 2996 en Restrepo, E, 2019. p. 105). Además al haber un otro fundamental para la constitución del sí mismo, la imagen proyectada que anhelamos se da desde la mirada del otro. Siendo el concepto de identidad aporético “sin camino” se aborda desde la perspectiva de identificación, el cual “se produce en el orden simbólico cuando el sujeto asume la imagen reflejada de su exterior, la imita y se constituye como tal a través de la imagen imitada, pero resignificada” (Navarrete-C, Z. 2015). Así el sujeto se crea a través de múltiples significantes y se encontrará con una serie de elementos que decidirá si atrapa, los acepta o se identifica para apropiarse total o parcialmente de ellos.


Por lo tanto se da un flujo de creaciones identitarias, pero en el momento de que estas identificaciones se desarrollan en los mecanismos de las redes, fluctúan mucho más fuerte siguiendo las dinámicas referentes de una comunidad virtual. El amplio mar de la red, la elección de información, el estar inmersos completamente en este espacio y en la creación de imaginarios (perfiles) dieron de que hablar en estos últimos años. La cultura popular, la banalidad cotidiana de las personas son el placer y el alimento de felicidad para las poblaciones. El ocio de mirar constantemente se ha convertido en el mercado y satisfacción del humano, la popularidad se convierte en la misma religión a seguir.


En internet, se podrá decir que toda actividad es comercial de una u otra manera, ya que atraer su atención es valioso para alguien, incluso si simplemente está buscando la genealogía de su abuela o leyendo sobre una especia rara de delfines. Es muy posible que durante su búsqueda vea una gran afluencia de anuncios, y estos enlaces son el oro de donde las compañías de buscadores obtienen sus espléndidas ganancias. (Siegel, L. 2008)


Se expone un laboratorio clínico de creaciones espaciales e identitarias. Con la ayuda del material digital manipulo, experimento mutaciones, realizo cambios a mejorar, arreglo algunas facciones, aumento la belleza, saturo algunos pigmentos de la piel y le añado algunos relieves. Nos filtramos constantemente en las tecnologías identitarias que nos ofrecen las redes, deseamos sobresalir, tener un plus de diferencia para ganar un mar de likes, de comentarios agradables y de alguna manera, todos estos estereotipos comienzan a ser adoptados por la mayoría de las personas. ¿Por qué no ser diferentes?, no saldríamos en los más populares… pero la carga mediática que han generado toda esta información es sentido de estudio.


Nos acercamos a una era donde seguir los parámetros nos llevará a una identidad universal, donde todos publiquemos lo mismo, con las mismas poses en nuestra galería infinita y efímera, las mismas selfies en los mismos lugares turísticos, etc. Me cansa y me sofoca pensar en que al seguir páginas donde las personas publican constantemente la banalidad de su vida siempre sea lo mismo en cada perfil, todos hacen los mismos retos populares, todos publican los mismos videos de risa, las mismas frases de superación personal, etc. Me pregunto este universo como puede ser proyectado para realizar una reflexión profunda de lo que hay en las redes. La identidad no solo se forma desde la imagen, también de lo que vemos, escuchamos, leemos y hacemos. Si nos encontramos en un mundo mediático, la mayoría de las cosas las captamos por internet.


¿Qué vemos comúnmente en aplicaciones de uso cotidiano? Videos de risa, videos de personas haciendo ridiculeces, anuncios, etc. Me preguntaba ¿Con qué nos quedamos?, observamos tanta carga mediática que la imagen, el video, el espectáculo que se forma comienza a ser confusa, el video y el sonido al proyectarse se convierten en una carga de sensibilidad, en un silencio bulloso de la red, en abstracciones que no podemos identificar, en sonidos que se vuelven neutros, se vuelven innecesarios e inaportantes, ¿Qué sucede si estos dispositivos se convierten en nuestro bienestar diario? ¿Al observar mi celular con qué me quedo al final? , tener tantas cosas en la cabeza, tantas imágenes desespera, pienso que permanecer online me enferma.


Es preocupante el universo de cada publicación, por medio de la realidad virtual, me apropio del material presente en la red, lleno cada rincón de la esfera virtual, de este ciber mundo envolvente de una bulla que no dice nada, que puede decir mucho pero lo obviamos, no nos concentramos, escuchamos la mitad o el resumen de algún comentario, que de por sí ya está más abreviado que un resumen en la web, pasamos tan rápido la información que observo una abstracción con lo que nos hemos quedado, no profundizamos, no entramos a dialogar como debe de ser, creemos que podemos simplemente copiar dar enter y que el mundo no importa, hay que tener cuidado porque en este cibermundo un enter o una palabra mal dicha puede ocasionar un sinnúmero de pensamientos, que por falta de contacto o de actividad no se podrá resolver en ese mismo instante hasta volver a verlo “en línea”.


Por último siguiendo con algunos términos de Byung Chul Han, para mí, estamos en una sociedad de la sensibilidad. La capacidad de afecciones que tiene un comentario, una imagen, un post, un escribiendo…., la espera de una vibración de algún mensaje, los me gusta, los me encanta, los emoticones que propician las redes, y toda la interconexión que van generando, crearon personas frágiles, personas intocables en su espacio rectangular, se quebró la frontera que nos impedía opinar, criticar públicamente, estamos en el espectáculo del yo, somos residuos mediáticos de tendencias pasadas y en proceso de modificaciones actuales.


Referencias


-Restrepo, E. (2019). SUJETO E IDENTIDAD. Disponible en: https://www.aacademica.org/eduardo.restrepo/39.pdf

- Navarrete-C, Z. (2015). ¿Otra vez la identidad? Un concepto necesario pero imposible. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662015000200007

-Siegel, L (2008) El mundo a través de una pantalla. Barcelona Aibana Productora

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