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Giddens, modernidad e identidad del yo

Por: David Botero Villegas


En el presente informe se dará un acercamiento sobre las ideas que Giddens expone en la introducción y en el primer capítulo llamado los contornos de la modernidad reciente en su libro modernidad e identidad del yo el yo y la sociedad en la época contemporánea (1995), se darán algunas relaciones con otros textos y pensamientos de demás autores que siguen una línea sobre la transformaciones del siglo XX o finales de la modernidad.


Giddens identifica a la modernidad, principalmente a finales del siglo XX, y lo expresa con el término aproximado de “mundo industrializado”, el cual abarca el aspecto del capitalismo donde intervienen las relaciones sociales, los procesos de producción y de mercancía, la competitividad entre mercados, las instituciones de vigilancia y control y el uso de la guerra. Lleva a la modernidad a un orden postracional donde se cuestiona el “¿cómo he de vivir?”, también considera que las instituciones modernas poseen un dinamismo que altera la naturaleza de la vida social al relacionar instancias de la vida cotidiana, es decir, del yo. Además afecta las experiencias personales que se verán influenciadas desde diversos campos del conocimiento como la religión hasta el arte y la política, dando lugar a una notable transición de las posturas tradicionales a unos nuevos modelos que influirán en las formas de relacionarnos con la naturaleza y entre las sociedades.


En su introducción Giddens establece y se sitúa sobre: la aparición de nuevos mecanismos de identidad del yo modelados por las instituciones de la modernidad- y que a su vez las modelan también a ellas (1995, p10). Es importante por un lado, decir que la identidad es una formación activa desde múltiples contextos y perspectivas, siguiendo su análisis la identidad se relaciona con las diversas estructuras y formas de vivir que caracterizan a un grupo de personas frente a otro que no necesariamente se encuentran incluidos, y por las múltiples perspectivas que un individuo puede reconocer y así ser distinto a los demás. Y por otro lado la adopción de instituciones interfiere con las formas económicas, sexuales, políticas, sociales, artísticas que estas y cada persona intenta asumir y explorar como posibles subjetividades de identificación. Es decir, resaltando a Foucault (1991), él se pregunta si se instaura o se acentúa, en su caso regímenes de represión sobre el sexo, pero lo podríamos ampliar a la instauración de diferentes mecanismos que afectan y derivan las problemáticas de la modernidad, así como la represión, la censura, la prohibición, el uso del poder, la manipulación del discurso, entre otras.


Entender la modernidad es adentrarse, al igual que observar la época actual, a una radicalización en como comprendemos el mundo, se plantean retos, nuevos pensamientos, se exponen sueños utópicos y distópicos como forma de proyectar el futuro cercano. También se observa como cada tecnología, cada virtualidad puede afectar la sociedad tanto mundial como localmente, crecen inseguridades, como Giddens lo plantea con la duda, recalca y destaca que para ello la confianza y el riesgo son importantes a medida que toda hipótesis a pesar de ser cierta puede entrar en inconsistencias y ser motivo de evaluaciones, de buscar su verdad y no darlo por supuesto. Esta modernidad se encuentra, según Ulrich Beck (2002), influenciada por cinco procesos interrelacionados: la globalización, la individualización, la revolución de los géneros, el subempleo y los riesgos globales los cuales la sociedad debe responder simultáneamente a todos estos desafíos.


Siguiendo a Foucault (1991) el punto clave no es en parte la formulación del problema, si se afirma o no sus efectos, sino el hecho de que se habla de él, hay una enunciación que repercute en la cotidianidad y por este hecho es importante entrar en diálogo con quienes lo hacen, identificar los posibles lugares y puntos de vista desde donde se habla, observar las instituciones que incitan, almacenan y difunden lo que se dice, él lo resume con la palabra “hecho discursivo global” o “la puesta en discurso”, en su caso del sexo, para Giddens sería la puesta del discurso desde la formación, mutación y acercamiento a las instituciones modernas y la identidad del yo.


Vivimos en una era del riesgo que es global, individualista y más moral de lo que suponemos. La ética de la autorrealización y logro individual es la corriente más poderosa de la sociedad occidental moderna. Elegir, decidir y configurar individuos que aspiran a ser autores de su vida, creadores de su identidad, son las características centrales de nuestra era (Beck, 2002 p13).


Se trata entonces de los efectos y las consecuencias que surgieron a inicios de la modernidad, no es por menos que Giddens emplea que en la modernidad tardía, o segunda modernidad para Ulrich, es una cultura del riesgo, una cultura que se encuentra con marcos comunes como la velocidad, la división de clases, desigualdades entre estados a escala mundial, la exclusión/marginalización, el progreso tecnológico, la incertidumbre, la experimentación, el desborde del capitalismo, hay desequilibrios económicos, donde las guerras son imprevistas, la liberación sexual y luchas por los diferentes derechos en el mundo se reflejan con los nuevos tipos de vidas personales, aquí las personas tratan de adentrarse a la saturación que propone los discursos políticos, culturales, sociales y globales.


Esta sociedad o cultura del riesgo implica luchar como hemos visto con fuerzas tanto internas como externas, desde riesgos artificiales, personales hasta catástrofes naturales, por ello el análisis y acercamiento del riesgo requiere de aspectos interdisciplinares, que para Ulrich al plantear, en una época de incertidumbres fabricadas, la pregunta de ¿quién tiene que definir los riesgos de un producto, de una tecnología, y con qué criterios? (2002, p. 6) debe identificarse la proyección desde diversos puntos de acción, los cuales disipan y transforman los ámbitos sociales, las situaciones y las ideologías que se plantean en lugares determinados interfiriendo la globalidad. El desarrollo social en cada tema abre el panorama multi (multireligión, multiideológico, multicultural...) y si queremos más allá desde el prefijo post (postpolítico, postétnico, postmundo...) hacia los aspectos en que se mueven los distintos acontecimientos próximos y en la intimidad del yo.


Ahora bien, en su primer capítulo los contornos de la modernidad reciente Giddens inicia y trae como objeto de estudio el divorcio, expone las consecuencias sobre la separación tanto para la pareja como para los hijos, ya que se crean daños desde diferentes perspectivas tanto psicológicas como personales afectando la manera como nos relacionamos con la sociedad y con nuestra identidad. Además expone que los procesos de duelos son fundamentales para poder sobrellevar adecuadamente cada problema. Se identifica entonces un riesgo o un peligro que abarcan una responsabilidad y confianza para intervenir de la mejor manera.


Al relacionar nuestro mundo de alta tecnología e identificar como Giddens y Ulrich dialogan con estos temas, se puede observar que al compartir riesgos, ya que se expanden a nivel mundial, la sociedad esta potencialmente influenciada por nuevas políticas en el sentido que deben de vivir con los riesgos que aceptan otros (Beck, 2002 pg25). Es decir, que los modos de comportamiento y sentimientos asociados a la vida sexual y marital se han convertido en algo movedizo, inestable y “abierto” (Giddens 1995 pg24), lo cual cae en riesgo de manipulación y de aceptación por la mayor parte de la sociedad.


Giddens distingue tres elementos de la sociedad moderna, el primero es la separación del tiempo y espacio caracterizado por la invención del reloj mecánico, este acontecimiento trajo cambios a la forma de vivir de las personas. El segundo es el desenclave de las instituciones sociales, corresponde a los sistemas abstractos, los cuales están formados por las señales simbólicas tomando como ejemplo el dinero como símbolo de intercambio, y los sistemas expertos, los cuales corresponde a los aspectos de la vida cotidiana. Como se ha visto los riesgos conllevan a confiar y a sentirse con seguridad de los fenómenos existentes, los mecanismos de desenclave producen riesgos y peligros tanto locales como de carácter mundial, como ejemplo Giddens expone los peligros que pueden llevar la manipulación de los alimentos por medio artificiales, y así se llega al tercer elemento, como liberación a lo establecido, que denomina reflexividad generalizada.


Este último elemento se refiere al hecho de que la mayoría de los aspectos de la actividad social y de las relaciones materiales con la naturaleza están sometidos a revisión continua a la luz de nuevas informaciones o conocimientos (Giddens 1995 pg). Resalta la importancia de las ciencias sociales ya que amplia y no solo se limita a “acumular conocimiento” como lo expresa Giddens. Siguiendo estas ideas, al expandirlo también por ejemplo a la filosofía y al arte, donde para Paul B Preciado (2019) la filosofía se convierte en un lenguaje de política ficción que ayuda a imaginar o proyectar un mundo subjetivo, posible y futuro, y para ello expone que es necesario tomar distancia de los lenguajes científicos-técnicos, mercantiles y legales dominantes, que en su caso formarían parte de la epistemología cognitiva de la diferencia sexual y del capitalismo tecnopatriarcal, pero en nuestro interés podríamos observarlo desde el punto de vista epistemológico de las afecciones de la intimidad del yo y la incidencia de las instituciones modernas como urgencia de inventar como dice Preciado una nueva gramática que permita imaginar otra organización social de las formas de vida (2019, pg38).


Estos discursos que se establecen e integran en la vida moderna, desde el riesgo, las instituciones, la seguridad, la confianza, el poder, al difundirse por medio de la oralidad y la tradición inicialmente, da a identificar en lo local y lo mundial la universalización entre acontecimientos y relaciones sociales, lo cual ha ocasionado transformaciones espaciotemporales en la vida cotidiana. Luego con la innovación de la imprenta, el texto impreso y más tarde se integra la señal electrónica para contar y cuestionar de otra manera la historia.


Así la modernidad tardía se configura con la intervención de nuevos problemas de riesgo y peligro, los medios crecen a una velocidad que puede afectar drásticamente la interacción del mundo, ya lo hemos visto actualmente con los avances en la biotecnología, la inteligencia artificial o el Internet de las cosas. Vivir en la sociedad del riesgo significa que debemos estar preparado para lo poco creíble, para lo improbable o para lo que creíamos en un futuro lejano, ya que para mañana podría ser realidad. Son épocas de incertidumbre, de manifiestos futuros donde los medios, las tecnologías, la ciencia toman parte primordial del flujo ideológico ficcional. Los nuevos sabios se encargan de intervenir en los comportamientos de las personas, en la vigilancia absoluta y detallada de cada gesto que realicemos y en la modificación-proyección de una nueva naturaleza y humanidad.


Muchos de estos riesgos como Giddens (1995) expone, no admite una evaluación clara debido al medio medible de conocimientos que los enmarca; e incluso las valoraciones del riesgo en situaciones relativamente delimitadas sólo son a menudo válidas “hasta nuevo aviso” (pg48). Para concluir opina que las transformaciones generadas por la intimidad-identidad del yo y las instituciones en la modernidad se establecen en un medio mundial, las relaciones sociales y los vínculos generados se relacionan desde un marco amplio social y afectivo.


Referentes

-Giddens, A (1995) modernidad e identidad del yo el yo y la sociedad en la época contemporánea

-Preciado, P. B. (2019). Un apartamento en Urano: crónicas del cruce (1.a ed.). Anagrama.

-Michael, F (1991) Historia de la sexualidad i la voluntad de saber

-Ulrich, B (2002) La sociedad del riesgo global

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