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Foto del escritordavidboterov

Postmundo hipersensibilizado: creaciones de identidades

Los datos de la felicidad, la simulación de la verdad y el espacio del placer


Palabras clave: Fragmentación, manipulación, imagen, edición, tiempo, ciberespacio, identidad, redes sociales, comunicación, tecnología, realidad, era Post


En esta cultura de las apariencias, del espectáculo y de la visibilidad, ya no parece haber motivos para zambullirse en busca de los sentidos abismales perdidos dentro de sí mismo. Por el contrario, tendencias exhibicionistas y performaticas alimentan la persecución de un efecto: el reconocimiento en los ojos ajenos y, sobre todo, el codiciado trofeo de ser visto (Sibilia, 2008 p. 130)


¿Cuáles y por qué se generan todos estos afectos en mis prácticas artísticas?, ¿Por qué decidí sentir esto y no otra cosa?, ¿por qué comienzan aparecer estos trabajos visuales?, ¿Qué propuesta personal sale de ello?, ¿Cuáles fueron mis comienzos con el arte y la tecnología?


Los aparatos electrónicos, específicamente para esta propuesta me involucro desde los celulares y la televisión, me pregunto ¿qué vi en ellos que me pusieron a cuestionarme y a generar mi proceso investigativo y creativo? Siempre los observo, no hay momento en la vida que me encuentre sin un dispositivo electrónico, tal vez tendría que salir de la ciudad donde no haya señal, y no lo digo por el hecho de tener un celular, el compañero del lado también tiene uno, al salir las pantallas de los establecimiento llaman la atención, el señor con el que bajo en el bus también revisa sus mensajes y todos diariamente vemos imágenes y videos, son sonidos específicamente reconocibles, el pitido del mensaje, la vibración particular, la lucecita de color que rectifica quién te está hablando, y todo, todo está lleno de tecnología y de pantallas.


Estoy con alguien constantemente y revisa su Facebook, su Instagram ¿Qué mira?, simples estados, imágenes con frases, videos de risa, youtubers opinando de premios, videos famosos, etc, en fin un mundo de farándula, espectáculo y entretenimiento, de alguna manera observaba que lo hacía más feliz el visualizar aquellos videos que entablar por lo menos una conversación conmigo. Se perdía y se olvidaba con quien estaba, hasta después de tener relaciones al terminar lo primero que hacía era revisar los estados que subía la gente cotidiana, se despertaba y hacia lo mismo, entraba al baño y hacia lo mismo, salíamos y supongamos que no tuviera internet, ya que casi siempre tiene, igualmente los prendía por fuera y hacia lo mismo, buscaba de alguna manera conectarse a un wifi gratis, ¿para qué? para hacer lo mismo.


Puede que se convirtiera en algo cotidiano y molesto, aquí fue donde comencé a preguntarme por qué las personas le ponían tanto cuidado y tanta emoción por permanecer online. Aquí mi propuesta comenzó a llevarme por una desesperación y una carga de información impresionante, la web vuelve loca a la gente, la web atrapa a la gente, la web se volvió en un devorador de almas, de cuerpos, de emociones, se convierte en un mecanismo de opresión, es algo que permite una manipulación de lo que vemos, leemos, escuchamos y de lo que pretendemos ser detrás de cada pantalla. Fue algo que a medida que iba observando, me iba impacientando ya que se volvió algo tan repetitivo y no podía aguantar. Quería tomar control de la web y en mí, no dejarme influenciar por el consumo y la publicidad, pero como voy a entender lo que ocurre si no me encuentro al tanto, es difícil y como he dicho, yo también me encuentro encerrado allí, llenando tal vez fantasías, siendo al menos un rato feliz ya que por fuera no lo puedo ser.


¿Cómo estas herramientas nos ayudan a interactuar si lo que hacen antes es alejarnos?, parece que entramos en constante soledad, encerrados en una habitación, o si estamos fuera nos desprendemos de la realidad, esta interacción nos ayuda a sentir satisfacción de vivir, de sentirse que nada más falta, de sentir que se puede pertenecer a una comunidad virtual, entre más mensajes tienes, entre más sonidos te lleguen, más puedes llegar a ser. Estos dispositivos aparte de ello nos configuran para entablar relaciones mediáticas, nos enseñan que la vida está en la palma de nuestras manos y que solo necesitamos creatividad, nos explican cómo debes tener un perfil exitoso, cuales son las tendencias de estudio, de imagen, de moda, de negocios, al parecer es algo extenuante ya que la obesidad, los suicidios y el ciber acoso se convirtieron en desgracias “comunes” influenciadas por la red. Porque estamos reprimidos estamos buscando joder al otro, por que deseamos parodiarnos para poder convencer al otro, ¿tenemos un sentido en la vida? Si, crear shows.


No hay historias, aventuras, enredos complejos o desenredos maravillosos; en realidad no pasa nada, salvo la vida banal, elevada al estado de arte puro, los autores, narradores y protagonistas de esos relatos parecen decir lo siguiente, sin pudores y hasta con cierto orgullo: mi vida es como la suya, entonces tranquilícese, estamos todo en la banalidad de lo cotidiano. (Sibilia, 2008 p. 307)


Estamos llenos de historias, hasta la más ridícula puede ocupar el top 10 de las historias más famosas globales del internet, gracias a la conectividad simultanea podemos estar en cualquier parte, comenzamos a formar una identidad, y ¿Cómo se forma en la red?, cuando hablamos de un ciber espacio el tiempo y el espacio fluctúan de manera diferente al real, el tiempo es más rápido y el espacio es más metódico. Ahora bien, todo cuerpo se forma desde la educación, las relaciones sociales, la ideología que se adopta, desde la incursión de una política propia hasta las cuestiones psicológicas de la mente, estamos en el siglo XXI donde las cosas han cambiado, las sociedades liquidas comienzan a verse más implicadas en las formaciones de estas identidades. Somos lo que vemos, leemos, oímos, experimentamos y lo que el otro diga (dependiendo de cuantos seguidores tenga), como Paula Sibilia diría en su libro la intimidad como espectáculo: “Fuerzas históricas imprimen su influencia en la conformación de cuerpos y subjetividades: todos esos vectores socioculturales, económicos y políticos ejercen una presión sobre los sujetos de los diversos tiempos y espacios, estimulando la configuración de ciertas formas de ser e inhibiendo potras modalidades” (Sibilia, 2008 p. 19)


Ahora bien, ¿cómo es esta persona que se forma en los medios masivos de comunicación?, pensemos primero en que principalmente los niños que están en proceso de razonamiento y aprendizaje, de conocer su cuerpo y adquirir herramientas para adentrarse a un mundo virtual

lleno de afectos e información, y si le agregamos que los padres casi no tienen tiempo para él ya que están trabajando y al llegar a la casa lo primero que hacen es contestar mensajes y ayudar al consumo mediático de satisfacción instantánea. Los niños prestan más atención a las imágenes que a los padres, si comienzan a ver los nuevos sabios del mundo que son aquellos que se encuentran constantemente subiendo información al internet, estamos ante un niño que comienza a crear un personaje como aquellos que ve cotidianamente. Y por qué no más adelante extrañarnos que el niño les diga al papa: quiero hacer mi cuenta en you tuve, ser famoso, viajar por todo el mundo y ganar mucho dinero haciendo videos de x cosa. O tal vez pregúntese si su hijo en estos momentos no está ya con unos cuantos seguidores y me gusta por un cover de como bailar twerk en 2 minutos.


¿En qué momento nuestros ídolos, pensadores, sabios… se convirtieron en los youtubers y los personajes de tendencia de hoy en día? Los niños consideran que la vida tiene que ser vista y única, se convierten en personajes dignos de dedicarles horas de tiempo libre, ¡Son tan chistoso! ¿Por qué dejamos que las redes afecten drásticamente nuestra razón?, ¿Nuestros sentimientos?, ¿Por qué tienen el poder de moldearnos y convertirnos en nuestro propio espectáculo?, ¿Por qué la vida banal, la del otro cobra tanta importancia para los espectadores?


“Aparece un tipo de yo más epidérmico, más dúctil, que se exhibe en la superficie de la piel y de las pantallas… construcciones de sí orientadas hacia la mirada ajena o exteriorizadas, no más introspectivas o intimistas”. (Sibilia, 2008 pg. 28)


Se convierte como Sibilia dice en un verdadero festival de “vidas privadas”, convirtiéndose en espectáculos de sí mismos para exhibir una intimidad, pero hablamos de una intimidad incierta que carece de veracidad, el detrás de una pantalla significa estar detrás de la verdad. Pensemos al estar detrás de cámaras, detrás del computador, detrás de algún dispositivo fílmico que luego sabremos que estaremos a la vista de los demás ¿Cómo seremos y que deseamos transmitir? Deseamos mostrar entretenimiento, pensar que el que esté detrás va a estar riéndose, va a pensar que es algo interesante o que en su tiempo libre en cualquier momento de una lluvia de anuncios, de publicidad o de ojeo en su dispositivo va a dar con tu video, o algún espectador que de forma casual, observará si tiene tiempo o no, tú vida, tú show y según su criterio de interés lo compartirá, le dará me gusta, etc. ¿Algo superfluo no?, crear un escenario banal de una vida cotidiana que parece ser privada pero está a los ojos de todos, ¿será una producción y un medio más vista que el cine, que el séptimo arte, entre pantallas gigantes reducido a una pantalla a la palma de nuestra mano?


¿Quiénes somos en todo este entramado? No hay necesidad de contratar ayuda en diseño de vestuario e imagen, en personas que ayuden con la creación de escenarios y de personajes, cada uno con su análisis psicológico y con un dialogo podrá elaborar una obra de arte. Todo está a la mano, para Paula Sibilia seremos un autor un, narrador y un protagonista, un yo que genera experiencias mediáticas, un yo que puede crear con un sentido de creatividad y de difusión comunicativo en las redes sociales todo un perfil lleno de seguidores, comentarios y likes. Sí, ahora tenemos carreras o tecnologías con sentido de creación de Youtubers, de cómo entretener, de pensar cómo “la capacidad de creación se ve capturada sistemáticamente por los tentáculos del mercado, que atizan como nunca las fuerzas vitales pero, al mismo tiempo, no cesan de transformarlas en mercancías” (Sibilia, 2008 pg. 13). La pantalla significa consumo, el sistema seguirá en pie ejerciendo fuerza y haciendo con la información nuestra lo que tengan en gana hasta que deseemos utilizar la pantalla adecuadamente, no estoy diciendo que debamos apagar totalmente la tecnología, sino que pongamos en conciencia qué sucede allí y cómo va afectando poco a poco las relaciones interpersonales y tal vez porque no al planeta.


Quisiera hacer un paréntesis y pensar qué pasaría si destináramos nuestras horas de entretenimiento del celular, del televisor, y estos dispositivos en una ayuda voluntaria por ejemplo. Sé que suena poco probable pero me lleva a pensar que cada vez que hacemos algo voluntariamente o diferente que no sabemos terminamos aprendiendo el doble, no sobre cómo hacer el trabajo, sino con los lazos que formamos tanto emocionalmente como en el conocimiento. Tenemos trabajos monótonos, hacemos esto cotidianamente, nos centramos y nos cerramos a nuevo conocimiento sobre otras cosas ajenas, luego al terminar llegamos a casa, seguimos hablando del trabajo y organizando para el otro día, prendemos las pantallas y nos perdemos del mundo. ¿Qué pasaría si estos espacios fueran retomados por los espacios públicos normales de encuentro?, si, observamos muchas personas afuera saliendo, pero ¿están en sintonía por lo que pasa alrededor o están conectados a la realidad?, no creo, permanecen online en el ciber espacio, mientras intentan tener una salida decente en la realidad ya que no tenemos demasiado tiempo de hacer otra cosa que caer en manos del consumo, debes de comprar esto, debes comer esto, debes salir allí, debes tomarte fotos en todos estos lugares, postear que has comido, que has visto y donde has estado.


El poder que tienen estas pantallas nos obligan a hacer lo mismo de siempre, es un mecanismo de poder lo que tenemos en nuestra manos, un mecanismo de manipulación que lee constantemente lo que hacemos, nos dice que hacer, opina por nosotros y crea nuestros hábitos. Salimos de nuestros hogares enchufados, ¿qué pasa cuando no lo estamos?, lo primero que hacemos es buscar un enchufe, he observado en sitios como restaurante y demás que las personas dejan su celular a un lado cargando, independientemente si alcanza o no el cable a la mesa, por lo cual constantemente deben estar pendientes por si no se lo roban, o tal vez puede estar al lado y lo vas a ver como si fuera tu hijo, y pensarás cuando podrás volver a tenerlo, entra una desesperación de quien te escribe, de si tu admirador te mandó una foto o al que amas ha publicado alguna foto sexy, debe cargar rápido para ver los mensajes, cada vez que vibra volteas la cabeza y piensas que debe cargar lo suficiente y no puedes estar parándote y sentándote, pero tranquil@ después de una carga lo pondrás en modo ahorro de energía y tendrás para el resto de tu día NTP.


“… a medida que interactúo con la Red, me reconfiguro a mí mismo; mi extensión-red me define exactamente como mi cuerpo material me definía en la vieja cultura biológica; no tengo ni peso ni dimensión en cualquier sentido exacto, solo me mido en función de mi conectividad” (Sibilia, 2005 pg. 63)


¿Cómo se observan las identidades en la red?, ¿Qué sucede con la formación del ser? Que tal una selfie, después de tenerlo cargado ya podemos volver a nuestra diversión, somos personajes a función de una cámara permanente, editamos, le aumentamos el brillo, un poco de corrección para las caderas, una ampliación al seno, más maquillaje y listo. ¿Esta imagen bien construida no afecta la veracidad?, relatamos los hechos de nuestras vida acompañado de fotos, tomamos registro en nuestras redes sociales, un diario que se sale de lo tradicional, una escritura que se olvida de la tinta, de la historia y de la memoria. “La creación de sí mismo, tanto las palabras como las imágenes que tejen minucioso relato autobiográfico cotidiano parecen exudar un poder mágico: no sólo testimonian, sino que también organizan e incluso conceden realidad a la propia existencia. Esas narrativas tejen la vida del yo y de alguna manera, la realizan” (Sibilia, 2008 pg. 40)


Nuestro cuerpo contemporáneo se ve afectado por las tecnologías en la virtualidad, comencemos con lo que leemos, revisamos nuestras redes, ojeamos los relatos contemporáneos de la red, las frases que acompañan a cada estado, los libros aunque no han quedado en el olvido son bajas las probabilidades que algún niño lea de forma tradicional, mensaje tras mensaje, estado tras estado, sabemos cómo están todos, pero también sabemos que el sistema de felicidad en la red es inestable, pensamos que el mundo está lleno de satisfacción y de desesperación , vemos frases e imágenes de personas que viven bien, tienen paseos, las que están triste también, ¿por qué no publicarlo?, tal vez lo estén, tal vez llaman la atención, tal vez están jugando a ganar mayor seguidores, la verdad es que no podemos identificarlo, abrimos la red para ser vistos, a medida que vamos publicando y opinando vamos creando sentido para identificar quién es el otro.


Sin embargo, si observamos lo que se escribe en cada mensaje, nos damos cuenta que es un espacio que hay que aprovechar, es reducido, tiene límites de caracteres, las tecnologías nos dicen que tienes un límite, un cuadrado donde no puedes excederte, donde no puedes opinar demás, donde debes de buscar lo necesario y lo breve para poder tener una mayor comunicación. La velocidad y el tiempo es indispensable en los que haceres contemporáneos, todo debe ser optimo, leerse rápido por lo cual debe estar reducido. No más pensemos en el periódico, abarcaba numeroso espacio e información, ahora son pequeñas ventanas del tamaño al celular que utilizan para dar una noticia. Tuvieron que inventar otros lenguajes, si, otra alfabetización para el que desee integrarse a la sociedad cibernética. Como dice Sibilia:


Abusan de las abreviaturas, siglas y emoticones. Pueden juntar varias palabras eliminando los espacios, en tanto ignoran acentos ortográficos y signos de puntación, así como todas las convenciones referidas al uso de mayúsculas y minúsculas. El vocabulario también es limitado… Los textos de este tipo pueden rozar el límite de lo incomprensible. Al menos para aquellos lectores que no han sido entrenados en la peculiar alfabetización del ciber espacio. (Sibilia, 2008 pg.46)


Por otro lado las Selfies que se refieren a autorretratos digitales, pueden ser modificadas de igual manera por medio de aplicaciones, las editamos para luego exhibirlas. En este proceso filtramos la imagen, nos autodiseñamos, autoreformamos, automanipulamos, autointerpretamos, autoimaginamos, autoeditamos… se convierte en acciones que se harán mecánicamente, partimos de un yo, ese yo que por las opciones mediáticas y los dispositivos me permiten entrar a la red, al ciberespacio donde luego será un yo procesado, se vuelve una imagen en deseo de un código, podríamos identificarlo como tendencia o estereotipo, para luego ser guardado y convertirlo en un yo virtual.


Un rostro, esa enigmática parte del cuerpo del que se hablado, una parte que guarda misterios, crea vacíos, emociones, una entidad que puede ser leída si nos centramos en sus expresiones y es estudiada por las manos tecnológicas (reconocimiento facial, por ejemplo). Gracias al reflejo podemos conocernos, ¿qué pasaría si no existieran los espejos, las cámaras, que el agua no reflejara…? No tendríamos que preocuparnos por nuestra imagen, lo único para considerar sería nuestro cuerpo, ¿cuántos centros de belleza existirían? pocos, si consideramos que las otras personas nos verían y opinarían como nos viéramos, sería poco probable que nos maquilláramos o que le digamos a un centro estético que quisiera tener estos labios e ir casi que todos los días, me hace pensar que no tendríamos la obligación de hacerlo, las cargas de anuncios serían nulas, las emociones de querer ser serían menores, tal vez tendríamos que preocuparnos por los centros de gimnasio y nutrición. Claro quedan espacios inconclusos pero confío en que la desaparición del reflejo nos haría un poco más libres.


Por eso, cotidianamente, los sujetos de estos inicios del siglo XXI, familiarizados con las reglas de la sociedad del espectáculo, recurren a la infinidad de herramientas ficcionalizantes disponibles en el mercado para autoconstruirse. La meta consiste en adornar y recrear el propio yo como si fuera un personaje audiovisual. No es tan difícil ya que los medios ofrecen un abundante catálogo de identidades descartables que cada uno puede elegir y emular: es posible copiarlas, usarlas y luego descartarlas por otras nuevas y relucientes (Sibilia, 2008 pg. 276)


Por otro lado, proyectando una utopía, si pensamos que todo reflejo podría ser manipulable, es decir, si los vidrios, espejos, se convierten en pantallas, y todas estuvieran conectadas para el momento de editarnos y permita crear una imagen o un personaje de como quisiéramos ser, y además, todos estos datos se registrarán en todos los reflejos del mundo, así cuando nos reflejamos seríamos lo que decidimos editar, si pusimos unas pestañas más largas y negras, si nos pusimos cuadritos, si nos hicimos más altos todo se vera de esa manera en cada pantalla, por lo cual, si nos paramos en el espejo de nuestra casa tenemos las opciones y filtraciones para editarnos y guardarnos, así mismo nos veríamos en todos los espacios donde haya reflejo. Además en cada espejo podrías cambiarte, podrías volver a hacerte y rediseñarte. Lo especial de esta idea viene en el ojo, él también es un reflejo, ya pensaríamos que hasta los humanos nos verían de esa manera. Entonces qué necesidad habría de estar tan pendientes por nuestra imagen real, si la manipulamos y en pocos minutos podemos recrearnos, ser diversas identificaciones en todos los lugares.


También en este sentido, las cámara web que funcionan como video compartido, más que todo podría referirme a los modelos Webcam, ya que hoy en día hay un gran auge de personas que interactúan con este trabajo, pensemos que la cámara tenga los filtros necesarios para que nos cambie totalmente la imagen, nos hace ser modelos, nos pone un buen cuerpo, una cara bonita, y ¿por qué no ajustarse a los deseos y parámetros de la otra persona? Así el espectador estaría viendo lo que desea y por medio de las tecnologías de la virtualidad nosotros solo tendremos que hacer el show, el programa ya estará digitalizando y transformando todo. ¿Cualquiera podría ser modelo, no? También podemos aplicarlo a las citas a distancias, dialogamos y creamos identidades ficticias pero gracias a las fantasías de la tecnología eso podría convertirse visualmente cierto, así no tendríamos que preocuparnos por nuestros enamorados en otro país. Qué necesidad hay de encontrarnos cara a cara cuando toda nuestra imagen se centra en una utópica pantalla incrustada en nuestra visión.


¿Cómo identificamos las afecciones dentro de la pantalla? Estamos recurriendo cada vez a más datos que a la sensibilidad, ¿la psicología se quedará corta y hará lugar a una CIBERSOCIOLOGÍA e igualmente a una CIBERSOCIOLOGÍA? Si las ciencias humanas se preocupaban por el humano ahora tendrían que preocuparse por los datos que arroja el humano, y todo se hace desde el ordenador, se convierte en un estudio estadístico, en mediciones sentimentales, sólo necesitaríamos acceso a todas su cuentas y podríamos hallar el error fácilmente, para eso estarían los algoritmos de la verdad que registraría cada hecho, cada conversación, cada me gusta, cada comentario todo de forma tan rápida que se terminaría en 1 sesión, llegarán las respuestas rápidamente a sus problemas, a los problemas globales, a todo lo que podamos preguntarnos sobre la vida ,estos mecanismos serán los que definan lo que pasará, lo que pensemos y lo que haremos.


Es peligroso confiar nuestro futuro a las fuerzas del mercado, porque estas fuerzas hacen lo que es bueno para la humanidad o para el mundo. La mano del mercado es ciega además de invisible, y si se deja a su libre albedrío podría no hacer nada con respecto a la amenaza del calentamiento global o del peligroso potencial de la inteligencia artificial. (Harari, 2016 p. 410)

¿Cuál es el mundo simulado que buscamos?, ¿Qué personajes y personalidades tendrán?, ¿Cómo nos vemos con tanta información y herramientas de modificación?, ¿Podríamos tener un alma virtual, escondida en un personaje virtual como en secondlife, habbbo, entre otros programas? Si viviéramos a partir de la electricidad, conectados a unas gafas de realidad virtual, dos clases comenzaría aparecer: los conectados y los "sobrevivientes", estos últimos los llame así debido a la revolución de una “postrealidad”, es decir, los que sobrevivieron a las tiranías de la irrealidad cuidarán a los conectados, buscando energía qué será el elixir del alma “virtual”. O tal vez me contradiga y sean los esclavos de un mundo posthiperneocontemporaneo, la verdad en este mundo se vale mucho las contradicciones, podríamos pensar pero no se ría fiable, podríamos imaginar pero no todas las fichas podrán cuadrar. De eso se trata la curiosidad, podemos opinar y refutarnos, nadie puede decirnos que es falso o verdadero, todo puede ser considerado, las matemáticas pueden tener posibilidades de ser exactas pero la imaginación va más allá de lo exacto, somos un mundo sensible, lleno de preguntas e inquietudes, buscamos más que las verdades es en mejorarlas, experimentamos constantemente en función de las biotecnologías, el crecimiento y la optimización otorgan constantes actualizaciones para la vida, y por qué no ser dioses como lo ha planteado Nuval Harari.


Estamos en la era post, en la era de repensar las cosas, de cambiar y de nombrar, de ser más específicos y de crear una nueva época. Estamos cerca y a esta velocidad dudo que no tenga consecuencias serias, podríamos esperar un descubrimiento, un secreto revelado, una nueva fórmula para el placer, mil cosas podrían pasar en estos momentos que afectarían a la población global. ¿Qué pasaría si todo nuestro vocabulario español tuviera algún prefijo como neo, post, híper, etc.? Las cosas dejarían de ser, mutarían y serían diferentes tal vez físicas o significativamente. El diccionario empezando por él se llamaría neodiccionario, si buscamos la palabra árbol su significado sería: Planta de tronco leñoso, grueso y elevado que se ramifica a cierta altura del suelo formando la copa. Pero en el neodiccionario si buscamos un postárbol ¿Qué significaría? Nuestra ciencia podría buscarle respuesta y la más viable serían los árboles manipulados que crezcan en 1 día, que produzcan frutos en menos de 1 semana y que tengan

el doble de nutrientes que los árboles normales. Muchas cosas podrían salir solo basta con pensarlas, las nuevas tecnologías y las ciencias se encargarán de hacerlo realidad. Y si así seguimos con todas las palabras, estaríamos entrando a un Postmundo ¿Cómo sería este Postmundo que comprometo en este escrito?, Recordemos si lo imaginamos puede ser fiable su realización.


Referentes


-Sibilia, P. (2008). La intimidad como espectáculo. 1st ed. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica / Argentina.

-Sibilia, P. (2005). El Hombre Postorgánico. 1st ed. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

-Harari, Y. (2016). Homo deus Breve historia del mañana. Barcelona: Penguin Random House S.A.U. Tred.Ros Joandomenec

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