En “I” se da una relación de formación de identidad-creación de imaginarios a partir de los deseos de la persona dentro de un mercado de ediciones, si perdemos contacto corpóreo y ganamos contacto post corpóreo, es decir, transfiguramos la barrera del cuerpo a un espacio donde ya no es necesario el contacto real. Entonces ya no es de necesitar cambios en nuestro cuerpo sino cambios en nuestro hipercuerpo-lleno de datos-cambio de nariz, aumento de busto, recorte de cabello se cambiaran a números exactos de aumento de saturación, corrección de manchas, aumento de contraste, cambio de color de piel, entre otras y mil opciones que nos ofrece cada mercado de la imagen. Un estudio digno de una generación mediática, entre más abstracto seas más lograras ser alguien, entre más seguidores y correspondientes tengas, pertenecerás para siempre… o para unos simples segundos a un mundo lleno de felicidad y de espectáculo.

Estas imágenes se salen de los parámetros convencionales de cambio de imagen, con la apropiación de la virtualidad el nuevo cirujano precederá de la abstracción mediática. Si la interacción cara a cara se está reduciendo ¿qué necesidad tenemos en cambiar nuestra imagen si todo será vía internet?, las imágenes pueden venir pre configuradas para hacernos ser lo que queramos, ¿Qué importa más? La foto en crudo en el primer momento de captura o después de un proceso para verse más atractiva. Lo que se manipula deja de ser, recrea y renueva su imagen, muta. Así respondemos a nuestro cuerpo, a las situaciones y a la vida; la inconformidad y el desespero de crear mutaciones constantes de identificaciones, perfeccionando cada día nuestra imperfección.