Te dicen: intenta ser como él pero ten un plus de diferencia​
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Al parecer las expresiones, los gestos, la forma de hablar, de moverse, las cosas que hacemos y lo que decimos es un eco constante de quien ha sido popularizado en la red, o por lo menos así lo veo. Desde chiquitos los niños adquieren estas similitudes con las personas a su alrededor, en estos casos los padres que permiten que el niño interactúe en la red, podríamos decir que están mucho más cerca los niños de la pantalla que sus padres. Los llamados youtubers, influencer, figuras públicas son los perfiles que aparecen de primero, recordemos los algoritmos que controlan la red, son a quién seguiremos más fácilmente. Así aparece un sujeto que consume rápidamente las tendencias, inhala el contenido como si fuera un bien para su mente y adecuamos nuestra personalidad a semejanza de aquel sujeto, ya que si hace reir, si tiene bastantes seguidores, gana buen dinero, hace muchos viajes y te entretiene por qué no pensar en ser como él.
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Me construyo a partir de rasgos de algunos personajes que marcan tendencias en las redes sociales, sin embargo constantemente observo niños y adolescentes hablando como ellos, haciendo lo que ellos hacen, grabandose, remedandolos, etc. Parto de lo común, de la fama, de lo que vemos a diario, cada fragmento corresponde a una parte que ha tenido reconocimiento, la boca de yuya, los ojos de Kardashian, el pelo de Villalobos, las piernas de JLo, el cachete mío claro ese soy yo adquiriendo la forma de otro, tal vez teniendo todas estas facciones y la forma en que hable con la ayuda de todos podría pertenecer a este gremio. Fui construyendo mi identidad, cuando tenía parte de ellos quise editarme más, tal vez es ese plus de diferencia, me transformé y mute.
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Me identifico virtualmente como una persona, así como un queer, como un drag queen, un trans pero en los sistemas de edición que ofrece la play store no he logrado ser identificado, tengo ojos, boca pero no he sido reconocido. Estoy siendo rechazado por estas plataformas, y podríamos identificar un problema más adelante cuando las ficciones comiencen a despertar. El reconocimiento facial quedará obsoleto y de nuevo hay que reinventar las políticas para establecer quien es considerado persona o no, ya no son rostros simétricos ni estereotipados, todos quedan en el albedrío del diseño, de una contra producción de identidades contemporáneas. Las cuales han ido estableciéndose fuertemente en el mundo de la belleza, del consumo y de la formación de subjetividades formadas por la afección de toda la masa mediática, o tal vez pensar en reestructurar estas aplicaciones para aceptar diferencias y nuevos personajes que iran apareciendo.